Centro de Psicología en Santa Cruz de Tenerife

Psicología de la alimentación y psiconutrición

El juego del hambre ¿control o descontrol?

Tal vez has visto Los Juegos del Hambre, o quizá solo has escuchado hablar de la película. Como no sé si conoces la historia, te pongo en contexto porque aunque no lo creas, tiene mucho que ver con la forma en que te relacionas con la comida.
Te cuento.
En este mundo de Los juegos del hambre, “curiosamente” no distinto al nuestro, la sociedad está dividida en regiones oprimidas por un poder absoluto: el Capitolio. Para sobrevivir, han de seguir sus reglas.

Katniss, la protagonista, una vez lanzada en la arena de batalla, se vió atrapada en una estructura de poder que la controlaba. Cada movimiento estaba condicionado por el miedo y el sometimiento. Se escondía para no ser vista, y se cargaba con la culpa. Mucha culpa. Aunque al principio solo intentaba sobrevivir dentro de las reglas, con el tiempo, empezó a cuestionarlo todo.

Quizá, de forma muy parecida, tú vivas bajo normas impuestas. No la de un gobierno autoritario, pero si bajo la dictadura de una voz interna que controla lo que deberías comer, cómo y cuándo has de comerlo. Una voz que te lleva a estar en alerta constante, al aislamiento y a vivir desconectada de tu cuerpo y de lo que realmente necesitas. Esa voz es muy puñetera. Y jodidamente dañina...

¿Te resuena?

Puede que al igual que Katniss protegió a su hermana entrando en el juego por ella, quizá tú lo empezaste sin darte cuenta para proteger algo tuyo (tu sentido de pertenencia, tú valía personal, el miedo a ser rechazadx, al descontrol…). Y sin darte cuenta se ha terminado convirtiéndo en una prisión donde el sufrimiento está muy presente.

Sin embargo, si estás aquí, leyendo estas lineas es porque algo dentro de ti, te dice que estas hartx, cansadx, que no quieres seguir atrapadx en este ciclo de ganar y perder, de control y descontrol, de promesas rotas y culpa constante. Y ¿sabes? Puedes y debes jugar la vida, pero tu vida no debería estar en juego. Mereces vivir y tomar las decisiones que deseas tomar desde hace mucho, mucho tiempo…

Como podrás imaginarte o ya sabes, si has visto la peli, Katniss no desafió al Capitolio de la noche a la mañana. Tú tampoco lo harás. Al igual que ella hizo, hay que observar, entender y comprender las normas en las que estás atrapadx, aprender otros recursos para afrontar los conflictos internos y así tener TÚ EL CONTROL.No la comida. No la imagen corporal. No la moda o la cultura de dietas. No otras personas. No el miedo. Y ¿sabes lo que hizo que todo cambiara y conseguir así la paz? Unirse. Aliarse. No luchar sola. Así es como trabajaremos. Ya no habrá soledad en este camino.

En el ámbito de la psicología de la alimentación, a veces, es muy necesario trabajar en equipo. Además, la experiencia me ha demostrado cómo una persona que lleva años atrapada en el bucle de control-descontrol ha evolucionado exponencialmente cuando se ha sentido acompañada por más de un profesional.

Sin embargo, esto no quiere decir que contar siempre con más profesionales sea la solución, por eso emplearé tiempo para conocer bien tu caso antes de trabajar en un sentido u otro.

Ojo, aunque a veces, A VECES, y depende del caso, las dietas pueden ser útiles, el objetivo SIEMPRE va a ser conectar con tu cuerpo y tus necesidades.

¿Qué puedes conseguir gracias a la psicología de la alimentación?

Por cierto, soy Cristina, psicóloga de Musubi especializada en psicología de la alimentación. Si quieres conocerme, bichear mi experiencia y formación por si te encajo y hacemos match. Pincha aquí.

Te comparto preguntas que suelen hacerme sobre la terapia

¡Para nada! No soy fan de las básculas ni de las dietas restrictivas. No se trata de que contemos gramos, sino de recuperar el equilibrio y de que puedas disfrutar de la comida sin que te cause ansiedad.

Esto sería como preguntarme, ¿dejaré de pensar en mi expareja?
Spoiler, no lo harás. Pero porque ha formado parte de tu vida, y aunque al principio esté presente hasta en tus sueños, con el tiempo, la obsesión por la comida se suavizará. Ese pensamiento vendrá y se irá como una suave brisa. Ahora, lo que sí pasará es que, no será una limitación para tu vida, y no será la protagonista principal.

Me encantaría decirte que la recuperación será fácil. Pero no es así. Este proceso implica cambios y tu cuerpo cambiará.

Podrá ganar peso, perder peso o quedarse tal cual. Eso no lo sabemos. Pero lo que sí sé, es que tu mirada y la forma en la que te hablas será distinta, y estos cambios te ayudarán a sostener cualquier cambio que surja en tu cuerpo. Porque ya no estarás en lucha.

Entiendo que esto pueda preocuparte, por eso para mi lo más importante es que te sientas cómoda. Pues la mayor parte de las ocasiones, la relación tormentosa con la comida y el cuerpo viene aprendida de miradas y espacios no seguros. Y si te soy sincera, fuera de titulitis y experiencia, que es evidente que ha sido clave en mi recorrido, te diría que la calma, la compasión con la que acompaño y la forma en la que creo un vínculo seguro es algo que me diferencia. Juntas crearemos un espacio donde aprenderás a mirarte.